Gasolina

Hoy en día nuestro modo de vida depende de la economía que nos rodea; alimentos, electrodomésticos, medicamentos,... Todo influye en nuestra vida cotidiana.

Pero todo esto tiene un factor común e imprescindible: el transporte, pocas cosas no las traen de fuera (aunque sea de fuera de la ciudad), y es ahí donde interviene nuestro amigo el petróleo, ese tan simpático del que siempre dicen que sube pero nunca que baja.

Pues bien, soy conductor habitual y el coche que uso tiene un motor a gasolina, hasta ahora había estado llenando el depósito con gasolina 98, pero ante el desorbitado precio que ha alcanzado me plantee empezar a echarle gasolina 95, que es 10 más barata y varía su octanaje; pero antes de hacer nada me informé de las diferencias que había entre una y otra.

Hasta ahora pensaba que simplemente la 98 como tenía más octanos daba más potencia al coche. Que engañado estaba. Es todo lo contrario: ambos tipos de gasolina tienen el mismo poder calorífico (y por tanto generan la misma potencia de combustión), pero la 98 tarda más tiempo en explotar bajo las mismas condiciones, es decir, con el octanaje lo que varía es el tiempo que tarda en explotar la gasolina, a mayor octanaje, mayor tiempo.

¿Y a mi eso que me importa? Pues mucho, depende de las características del motor, ya que cada uno está diseñado para que la gasolina explote en un instante concreto. Especificando más, si la gasolina explota antes de lo que debería podría producirse un picado de bielas, lo cual envejece y deteriora el motor, y si el motor está mal, el coche está mal.

A la vista de los datos, personalmente he optado por cuidar el coche y seguir llenando el depósito con 98, que aunque salga un poco más cara, a la larga (al menos en mi caso) saldrá más rentable.